Un sacrificio necesario | #OrigiReto2019 relato de octubre

—Maldita sea, ¿para esto me plancho el pelo? —se quejó Stella Trevor mientras entraba en la casa abandonada a través de una ventana entreabierta.

Tras intentar cerrarla sin éxito, desistió y examinó la habitación en la que se encontraba. Era una estancia amplia que en otros tiempos habría sido lujosa, pero ahora estaba cubierta de polvo y olvido. No estaba mal para despistar a la poli, pero no podía quedarse mucho o la encontrarían.

Sus pasos distraídos la llevaron hasta un viejo espejo al que le faltaban algunos fragmentos. El cristal estaba tan sucio que su reflejo aparecía borroso, pero todavía era visible.

—Genial, se me ha encrespado —se quejó. Estrujó su cabello haciendo que cayera un chorro de agua de lluvia.

Entonces el espejo dejó de mostrar su imagen. Ahora era la imagen de aquella habitación, pero más cuidada. En ella, un niño jugaba con un muñeco de trapo y se reía. Una mujer entraba en la habitación y se sentaba en el suelo junto a él, le revolvía el cabello y le abrazaba.

Stella sacudió la cabeza.

—¿Qué coño?

La imagen había desaparecido y volvía a verse a sí misma bajo la capa de polvo.

—Estupendo, se me está yendo la olla. Ahora veo visiones de gente random.

—En realidad, ese niñe era yo.

Con un sobresalto, Stella sacó la pistola que escondía en su chaqueta de cuero.

—¿Quién coño ha dicho eso? —Apuntaba en todas direcciones, pero no conseguía ver a nadie.

—He sido yo. Me llamo Dani —continuó la voz—. Deberías dejar de buscarme, no vas a poder verme.

—Joder, ¿es que eres un fantasma o algo así?

—Sí.

Stella no sabía si se esperaba esa respuesta o no, pero sentía que se estaba mareando. Bajó la pistola y comenzó a dar vueltas por la habitación.

—Vale. Estupendo. Estoy en una casa encantada con un fantasma. Me largo de aquí.

—Yo que tú no haría eso.

Pero la chica no le hizo caso. Fue directamente a abrir la ventana, dejando que el aire fresco de la tormenta le diera en la cara. Pero cuando fue a salir, una pared invisible la detuvo.

—¿¡Pero qué…!?

—Te lo dije. No puedes salir —escuchó en su cabeza.

—Vale. Déjame largarme de aquí, esto no tiene gracia.

—No puedo.

—¿Cómo que no puedes?

—Al entrar a esta casa me has despertado, Stella.

—¿Qué quieres decir? ¿Y cómo sabes mi nombre?

—Lo he visto en tu cabeza.

—¿Me estás leyendo la mente?

—No ha sido a propósito. Tú también has visto imágenes de mí. De mi infancia y de mi madre. —Hubo un silencio mientras Stella procesaba lo que estaba ocurriendo—. Cuando has entrado en esta casa, mi espíritu ha despertado porque ahora tenía un lugar desde donde hacerlo.

—¿Quieres decir…?

—En pocas palabras… estoy dentro de tu cabeza.

* * *

Los armarios de la cocina estaban tan vacíos como la cuenta bancaria de un tipo que expide un cheque sin fondos. Tampoco había agua corriente ni luz. Stella dejó escapar un suspiro.

—¿En qué año estamos? —preguntó la cansina voz de Dani.

—En 2030, plasta —dijo ella—. Y déjame pensar, necesito encontrar el modo de salir de aquí.

—Yo me morí en 2019 —continuó Dani, ignorándola—. Supongo que eso significa que nadie ha entrado aquí en once años.

—Eso explica que esté un poco dejada.

—¿Qué clase de nombre es Stella Trevor? ¿Y por qué huyes de la policía?

—¿Eres siempre tan pesade? —bufó la chica—. Es mi nombre. Cuando tienes que dejar atrás tu deadname, te puedes elegir un nombre chulo. Y ahora ese nombre sale en los periódicos porque soy una conocida ladrona.

—Ya veo, tu mochila está llena de diamantes. —Stella miró a la nada con indignación—. ¿Qué? Ha pasado por tu cabeza y lo he… visto, creo. No sé cómo funciona.

—Es raro. Y tú también.

—Bueno, que sepas que tras el cuadro del ángel del estudio hay una caja fuerte. Si queda algo te lo puedes quedar. Total, yo ya estoy muerte.

—¿En serio? —Al final aquello iba a resultar provechoso.

Stella dejó los armarios y fue a buscar el mencionado estudio, pero vio algo que llamó su atención. Un frasco de cristal marrón abandonado sobre una encimera.

La mujer de antes volvió a aparecer en su mente. Cogió el frasco y vertió su contenido sobre una cuchara. Luego, se la tendió a otra persona, que estaba en cama. El joven lo bebió de un sorbo. Luego, comenzó a toser. Parecía que le faltaba el aire. La mujer se tapó la boca y comenzó a llorar, mientras el rostro del enfermo se teñía de una muda súplica. Luego, su cuerpo se relajó y cayó.

—¿¡Pero qué coño!?

La cocina volvió tras su grito. Stella se quedó mirando el frasco, ese frasco que había contenido un veneno que había provocado la muerte de, estaba segura, Dani. Un escalofrío la recorrió, ¿por qué una madre mataría a su hije así? ¿Qué había pasado en aquella mansión once años atrás?

—No quería… recordar eso.

A pesar de ser una voz en su mente, a Stella le pareció que Dani hacía un esfuerzo por dejarla salir. Por no echarse a llorar. Ridículo, para eso necesitaría ojos.

—Vámonos de aquí —declaró la chica. Pero sus pies no le respondieron—. Dani. Nos vamos.

—¿Por qué lo hizo? —escuchó en su mente—. ¿¡Por qué!?

Stella no podía moverse, solo podía quedarse quieta mirando el maldito frasco de la encimera. Intentó caminar, revolverse, moverse, pero su cuerpo no la obedecía. Era como si ya no le perteneciera. Sus mejillas se volvieron húmedas y se dio cuenta de que estaba llorando. Se acercó al frasco contra su voluntad y lo tomó entre sus manos, temblando. Luego, lo lanzó contra el suelo. El cristal estalló en mil esquirlas y Stella también estalló.

—Dani, me estás asustando. ¡Basta!

Le pareció que la palabra retumbaba en la soledad de la cocina. Algo se calmó dentro de ella y supo que Dani se había tranquilizado. Movió los dedos de la mano: había recuperado el control.

—Perdón —escuchó—. No me di cuenta.

—¿Perdón? ¡Joder! —Stella caminó, alejándose de los cristales, comprobando con alivio que volvía a tener el control—. ¿Es que no hay normas de cortesía para los fantasmas? Algo así como «Decálogo fantasmal, punto 1: no se posee a la gente sin permiso».

—Lo siento.

—No vuelvas a hacerlo, joder.

La ladrona salió al vestíbulo y respiró hondo. Empezaba a tranquilizarse por fin, aunque era difícil no tener mal cuerpo después de la escena que había visto.

—Solo quiero irme a mi casa, joder…

El fantasma permaneció en silencio ante su sollozo.

* * *

Las cortinas del estudio estaban rasgadas y varios haces de luz se colaban entre ellas, revelando las partículas de polvo que flotaban en el ambiente frente al majestuoso cuadro del ángel. Stella ignoró las estanterías repletas de viejos libros y apartó el cuadro entre ellas para acceder a la esperada caja fuerte. Lo que no esperaba era que su puerta metálica estuviera salpicada de sangre seca.

—¿Qué demonios ocurrió aquí? —preguntó, sin esperar respuesta.

Los recuerdos de Dani bullían intentando comprender. Una cifra apareció en su mente y llegó a la de Stella, que la introdujo en el teclado de la caja. El aparato aceptó la combinación y se abrió sin dificultad. Pero la ladrona bufó con decepción: dentro no había joyas ni dinero, solo había un cuaderno desgastado sobre una pila de pergaminos. Y, sin embargo, Dani pareció alterarse en su interior.

—Es un diario. De mi madre.

—Dani —advirtió la ladrona.

—Lo sé, nada de poseerte —aceptó elle—. ¿Pero podrías…?

Stella asintió. Tomó el diario y sacó una linterna de su bolsillo. Ya que no podía salir de la casa, no le importaba ponerse a leer. Y mentiría si dijera que no tenía curiosidad.

«13 de agosto de 2019», rezaba el diario. «He descubierto un secreto terrible y temo que voy a morir por ello. Mi marido no es la persona que yo creía que era. Solo espero que no sepa que encontré ese cadáver o yo seré la siguiente».

«17 de agosto de 2019. No es solamente mi marido. Creo que está confabulado con su hermana. He decidido quedarme y reunir pruebas, por más peligroso que pueda ser. No puedo dejar a Dani con ellos y, si me lo llevo, estoy segura de que nos perseguirán. Solo puedo rezar para que la policía me crea si les llevo alguna pista».

«25 de agosto de 2019. Lo he visto. Lo he visto con mis propios ojos. Él… se ha transformado. De pronto ya no era un hombre, sino un… monstruo. Dios mío, ¿dónde me he metido?».

«31 de agosto de 2019. He encontrado los antiguos escritos de la familia de mi marido en su caja fuerte, tras el cuadro del ángel. En esos pergaminos se detalla la maldición de su familia. Todos ellos al cumplir los 20 años dejan de ser humanos y una sed de sangre les consume para siempre. Si no lo hubiera visto con mis propios ojos, jamás lo creería».

«8 de septiembre de 2019. Mi suegro ha fallecido hoy. Eso significa que solo quedan dos personas con la maldición: mi marido y su hermana. Él me ha citado a solas y me ha dicho que sabe que lo sé. Creo que le he convencido de que estaré a su lado, pase lo que pase. Tengo miedo».

«10 de septiembre de 2019», En esa página la letra estaba movida, como si la mujer hubiera estado temblando. «Han muerto. Los dos han muerto. Yo… la he matado. Dios mío. Ella quería deshacerse de la antigua historia, pero mi marido le dijo que no. Que Dani querría leerla, cuando le llegara el momento. Pelearon. No llegué a tiempo. Cuando entré en la habitación, él ya estaba muerto y las manos de ella tenían su sangre. Yo… apreté el gatillo. Y ahora los dos están muertos».

«11 de septiembre de 2019. Menos mal que anoche Dani no estaba. He limpiado todo y le he dicho que su padre se ha ido en un viaje de negocios. Se lo ha creído».

«14 de septiembre de 2019. Dentro de dos días es el vigésimo cumpleaños de Dani. Está muy feliz. Me dijo que cuando termine de estudiar audiovisuales trabajará en el cine. Está escribiendo un guion. Tuve que irme de la habitación antes de ponerme a llorar».

«15 de septiembre de 2019. He tomado una decisión. Voy a acabar con la maldición, acabando con la última persona que la sufre. Tengo la pistola con la que asesiné a mi cuñada preparada para despedirme después. Es hora de que esta mansión se libre de tanto horror. Solo espero que me perdones».

El diario terminaba allí, en esa página salpicada de gotas que emborronaban la tinta.

—Joder…

Stella no tenía más palabras en aquel momento y parecía que Dani tampoco. El silencio pesó en el ambiente. La ladrona fue a abrir la boca, pero entonces el sonido de las sirenas les alertó.

—El edificio está rodeado —dijo una voz distorsionada por el altavoz—. Salga con las manos en alto.

—¡Mierda!

—Te ayudaré a escapar.

—¿Qué?

—Tú me has ayudado, ahora yo te ayudaré a ti —declaró Dani.

Su voz sonaba tan segura que Stella asintió. Los recuerdos de Dani la guiaron por las escaleras y por diversos pasillos, atravesando la mansión hasta llegar al ático. Allí, Dani le indicó una ventana.

—Con una sábana puedes amortiguar un poco tu caída hasta el tejado del cobertizo y, de ahí, a otros tejados de la ciudad.

—¿Pero cuántas pelis has visto tú? —cuestionó la chica. Sin embargo, aceptó la idea. Eligió la sábana menos raída y se preparó para saltar.

—Gracias, Stella. Por todo.

Stella respiró hondo. Cuando salió por la ventana había dejado de llover. Fue entonces cuando tuvo la seguridad de que Dani ya no estaba con ella. Ni tampoco se había quedado en la casa, o eso creía. Estuviera donde estuviera, esperaba que descansase por fin.

Apartó esos pensamientos y cogió carrerilla para saltar. Era hora de que Stella Trevor llevase a cabo su milagrosa huida.


¡Al fin, mi relato de octubre! Espero que os haya gustado y que no molase solamente dentro de mi cabeza xD.

  • Este relato corresponde al objetivo número 4 del OrigiReto2019: «Haz un relato que transcurra en una casa encantada».
  • Los objetos ocultos incluidos en el relato son el 5: «Un cheque sin fondos» y el 33: «Un decálogo».
  • El OrigiReto2019 es una iniciativa de Katty y Stiby, Podéis encontrar las normas y la lista de participantes tanto en el blog de la primera como en el blog de la segunda.

10pegatina2019octubre

11 comentarios en “Un sacrificio necesario | #OrigiReto2019 relato de octubre

  1. Neswina dijo:

    Yujuuuuuuuu!!! Me ha gustado mucho. Pobre Dani y espero que Stella no se haya roto las piernas al bajar por la ventana. Y que sepas que esta frase me ha traumado:

    —Yo me morí en 2019 —continuó Dani, ignorándola—. Supongo que eso significa que nadie ha entrado aquí en once años.

    MADRE MÍA QUE 2030 ESTÁ DEMASIADO CERCA xDDDD

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    • Esther Evans dijo:

      Jajajajajajaja es que es verdad, que en nada entramos en la tercera década de los 2000. Que nos hacemos mayores, Neswi T_T

      Me alegra qeu te haya gustado y muchas gracias por pasarte a comentar aunque haya sido a última hora (como de costumbre xd). ¡Hasta luego!

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  2. KATTY COOL dijo:

    Vaya una historia, me gusta como se va sabiendo lo que le sucedió a su familia y por qué murió. El diario ha quedado muy chulo tambi n, y la prota usando el genérico en 2030 me ha parecido genial xD me encanta que desarrolles la historia a partir de algo que no tiene que ver con ella, si no que metes al personaje principal en el contexto porque sí, conoce a Dani, descubre su culebrón y le ayuda y vuelve a su vida, muy chulo también lo de que no se posee sin permiso xD Muy chulo y genial la temática de Halloween :3 un abrazote!

    .KATTY.

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    • Esther Evans dijo:

      ¡Hola! Pues sí, Stella se ve un poco inmersa en la historia de Dani sin comerlo ni beberlo, pobre xD Aunque quiero pensar que se hacen amiguis y todo bien.

      Espero que en 2030 ya vaya siendo más habitual el uso del genérico, aunque lo dudo. Pero Stella es trans, así que está metida en la comunidad LGBT, lo cual también explica que lo use.

      ¡Gracias por pasarte a leer y comentar, Katty! ¡Hasta luego! ^^

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  3. Chery dijo:

    ¡Hola!
    Es una buena historia, para un mes lleno de fantasmas jejeje, por un momento pensé que se quedaría encerrada allí, luego cuando llegó la policía creí que el fantasma la poseería y pasaría como si fuese el. Vaya tela, me has engañado varias veces jajajaja

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    • Esther Evans dijo:

      ¡Hola! Debo decir que no ibas desencaminada, porque opté por el final corto al ver que me acercaba a las 2.000 palabras, pero de no ser por eso, quizá sí habría salido por la puerta grande con posesión incluida xD.
      ¡Gracias por leer y comentar! ¡Hasta otra!

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  4. Kam dijo:

    ¡Holi!

    Me ha gustado mucho el relato, la verdad. Pobre Dani, qué cuánto sufrió… Seguro que habría sido une gran guioniste, la verdad. Me ha parecido genial el combo de dos personas trans, une trans no binarie y una chica trans, porque es que es wholesome la forma que tienen de compaginarse, la verdad.

    También me ha encantado la idea de combinar dos tramas, la de Stella con sus diamantes y la de Dani con su drama familiar (qué vaya drama por favor). Una historia oscura pero con un final guay, muy adecuado para este mes, la verdad.

    En resumen, que eres una escritoraza. ¡Nos leemos!

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    • Esther Evans dijo:

      ¡Hola, Kam! Como siempre tus comentarios me animan un montón, jope.

      He de decir que la idea surgió un poco del videojuego «Another code: two memories», no sé si lo conoces, pero también entrelaza dos historias. Así que me halaga mucho que creas que me ha salido bien, porque mi baremo estaba muy arriba xD.

      También me alegra que te hayan gustado mis trans characters, les cogí cariño escribiendo este relato y ojalá reutilizarlos más adelante, la verdad.

      Gracias por pasarte a leer y comentar, ¡hasta otra! 🙂

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  5. Stiby T dijo:

    Muy buenas.

    Me ha resultado un relato muy ameno de leer y la historia de Dani me ha dado mucha pena, sobre todo porque parecía como que él no sabía lo que había pasado y se entera leyendo el diario, parece un poco/muy triste ¿No?

    Por otro lado la protagonista me ha caído muy bien a pesar de ser una ladrona xD que mira que quedarse encerrada con un fantasma justo en medio de una huida vaya mala suerte!!

    Anyway, bonito final donde todo se arregla en la medida de lo posible.

    Tengo que decir que te has marcado un Katty ya que has puesto tres objetos porque también hay un ángel aparte de los dos que has utilizado xdxd

    Abracitos!

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    • Esther Evans dijo:

      ¡Hola, Stiby!

      En verdad, sí, la historia de la familia de Dani y el cómo se entera de ello es un poco dramón. En cierto modo me da pena no haber podido explorarlo más por el límite de palabras (aunque tampoco sé si habría sabido enfocar tanto drama tbh xd pero habría que intentarlo).

      A mí también me cae muy bien Stella, aunque tengo que reconocer que en general tengo un problema con los ladrones de «guante blanco», sobre todo los que dejan una nota diciendo que van a robar antes de robarlo… no lo puedo evitar, me encantan ese tipo de historias xD.

      Me ha hecho mucha gracia lo de marcarme un Katty xDD. Como ya te dije, no sabía qué objeto meter y acabé metiendo de más, así que me reservo el ángel para próximos relatos.

      Gracias por leer y comentar, ¡nos vemos!

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