Regreso a casa | #OrigiReto2019 relato de julio

Miro por la ventana, nerviosa. Mi familia ya ha salido, pero no sé cómo les va: no podemos ir juntas, es demasiado peligroso. Tironeo de mi vestido verde con nerviosismo, dentro de poco me tocará salir a mí. Soy la última que queda en este lugar.

Cuando llega el momento, abro la puerta y salgo. El acogedor jardín todavía me parece un lugar seguro. Miro aquí y allá, inquieta, pero todo lo que veo son calles vacías. Lo único que llega a mí es un silencio absoluto.

Me echo a andar. Sé perfectamente qué dirección seguir; las calles están bien señalizadas y solo hay un sendero posible. Eso significa que no voy a perderme, pero también significa que a ellas les resultará fácil encontrarme.

La primera que veo casi hace que se me pare el corazón. Se parece a mí, pero ella lleva un traje azul oscuro que destaca sobre los blancos adoquines de la calle. Está detrás de mí y no hay duda de que me ha visto.

Intento apretar el paso, poner la máxima distancia entre ella y yo. En el momento en que me alcance, se acabó todo.

Entonces lo veo.

Hay un refugio, una zona neutral. Un lugar donde todas respetamos la tregua y ninguna se atrevería a atacar a otra, por muy enemiga que fuera. Tengo que conseguir entrar. La de azul ha visto mis intenciones y está apretando el paso para capturarme antes de que pueda alcanzar la seguridad del refugio.

Alcanzo la puerta y compruebo con alivio que no tiene candado, así que entro corriendo y cierro tras de mí. Suspiro en cuanto comprendo que estoy salvada, aunque sea por el momento. Lo malo es que ahora ya no me puedo mover.

Analizo mi nueva posición: estoy encerrada en un refugio pequeño, pero donde puedo descansar un poco. En una esquina distingo a alguien más. Una enemiga. También es similar a mí, salvo por su llamativo vestido amarillo.

Levanta la mirada y me observa, suspicaz. Yo levanto las manos en señal de paz. Estamos en zona de tregua y ambas lo sabemos. Pero en cuanto una de las dos salga de aquí, la otra podría ir tras ella. Eso también lo tenemos claro.

Sin embargo, por ahora nos permitimos relajarnos. Ella vuelve a ignorarme y sigue descansando, así que yo hago lo propio. Me siento en el lado opuesto al suyo y me dedico a recuperar energía. Debo esperar el momento apropiado para salir de aquí, asegurarme de que la de azul ya no sigue ahí fuera.

La ventana del refugio me sirve de atalaya. Desde allí puedo ver la calle y controlar quién se acerca y quién se marcha. Todavía estoy lejos de mi familia, pero al menos tengo algo de control. Solo me queda esperar.

Cuando ya no veo a nadie por la calle, me armo de valor y salgo del refugio. Retomo la marcha por donde la dejé, echando vistazos constantes a mi espalda para cerciorarme de si la de amarillo comienza a seguirme.

Pero ella no sale del refugio y la calle continúa solitaria y tranquila.

Doblo la esquina y llego al siguiente tramo, ya debo haber llegado a la mitad del camino. Es entonces cuando la veo. La de rojo está parada en esta calle, a unos pasos de mí.

Mi primer impulso es esperar, defenderme. Pero entonces lo veo: ella me observa con una mirada que nunca había visto. Es terror.

Porque yo puedo vencerla.

Se apresura. Se ha dado cuenta del error que ha cometido dejando que me acerque tanto y ahora intenta poner tierra de por medio entre las dos. Pero yo también sé apresurarme y puedo seguirla. El tiempo casi parece ir más despacio en mi precipitada carrera para darle alcance. Ella corre, aterrada, y por fin entiendo por qué. He pasado de ser la presa a ser la cazadora, y me encanta.

Ella se detiene, exhausta. Ya no puede correr más. Pero yo sí.

Saco un cuchillo de mi cinto y me acerco a ella. Es el momento de terminar con esto: he ganado y las dos lo sabemos. El filo se hunde en su garganta mientras la sujeto. Luego la dejo caer a mis pies.

Su roja sangre tiñe el suelo como una mancha de color en una vieja foto en blanco y negro. También ensucia el filo verde de mi cuchillo con su asqueroso color enemigo.

Ella se retuerce. Tose. Tiene los ojos muy abiertos de horror. Pasan unos segundos que parecen interminables y luego, sin más, se desvanece.

Lo he conseguido: la he eliminado.

Cuando desaparece, me siento revitalizada. Energizada. Con una adrenalina como la que jamás antes había sentido. Tengo el poder en mi mano, he salido y he vencido, y nada puede detenerme.

Corro más de lo que había corrido en toda mi vida, avanzando sin miedo por las calles en guerra. Recorro la distancia hasta el último tramo del camino con tanta celeridad que apenas soy capaz de creerlo. Voy a conseguirlo.

Respiro hondo y poco a poco voy sintiendo como la adrenalina desaparece. La subida de energía que he experimentado deja paso de nuevo a la intranquilidad. Estoy en mitad de la calle y todavía no estoy a salvo del todo: tengo que ponerme en marcha de nuevo.

Camino con decisión, hasta que vislumbro algo. Un camino de verde césped me llama desde el horizonte. Es allí, el hogar donde mi familia espera.

Me acerco poco a poco. El sendero de hojas esmeralda da paso a una casita del mismo color, el color de la esperanza. Ya casi estoy.

Un dolor agudo me recorre de pronto. Me giro y observo, atónita, a la de amarillo detrás de mí. ¿Cuándo me ha dado alcance? No lo sé. Mi vista se nubla. Los blancos adoquines se manchan de verde cuando mi sangre riega el pavimento. También su cuchillo está manchado, estropeando su color del sol.

Se me acaba el aire y solo puedo pensar: ¿por qué justo ahora? Ya casi lo había conseguido.

Cierro los ojos.

Cuando los vuelvo a abrir, estoy de nuevo en mi casa. He regresado al principio y debo recorrer todo el sendero de nuevo si quiero reunirme con mi familia. Pero no creo que lo consiga antes de que el ejército amarillo gane la guerra.


No tenia pensado subir este relato, pero no quería fallar el mes, así que aquí está. Es un poco ambiguo ¿o es evidente lo que es en realidad la guerra del relato?

  • Este relato corresponde al objetivo número 6 del OrigiReto2019: «Escribe un relato en el que no aparezcan seres vivos». Está muy cogido con pinzas, lo reconozco.
  • Los objetos ocultos incluidos en el relato son el 23: «Una foto vieja» y el 31: «Un candado».
  • El OrigiReto2019 es una iniciativa de Katty y Stiby, Podéis encontrar las normas y la lista de participantes tanto en el blog de la primera como en el blog de la segunda.

07pegatina2019julio

7 comentarios en “Regreso a casa | #OrigiReto2019 relato de julio

  1. Kam dijo:

    ¡Me encanta!

    Para mí ha sido bastante obvio, al principio estaba confundida (pensaba: ¿zombies? ¿Pero porqué los colores?), pero con la amarilla ya estaba un poco mosca y justo ha llegado la roja digo, ¡anda! Y claro, el objetivo ha quedado claro, jajajaja. La verdad es que, para una historia tan sangrienta y violenta, yo habría elegido más bien el Monopoly o el Uno, pero cada una a lo suyo, jajjaaja.

    La verdad es que me ha gustado mucho, ¡ojalá mis comodines fueran tan geniales!

    Un besazo,

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    • Esther Evans dijo:

      Una historia sangrienta del monopoly, omg, ¡yo quiero leer eso! XD. En el Uno en cambio quienes se matarían serían los jugadores xDDD.

      ¡Me alegra que se entendiera bien y que te haya gustado! ¡Un beso, hasta luego! ^^

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  2. Stiby T dijo:

    Hola!!
    Me ha pasado como a Kam. Al principio pensaba que podría ser algo de robots pero en cuanto han salido los colores lo he tenido claro.
    Las metáforas las has usado genial, sobre todo el tema de la energía que le hace avanzar más deprisa, la esperanza de llegar a casa y salvarse… Y la muerte inesperada muahahaha

    Me ha recordado al parchís total, cuando te comes a alguien y te crees invencible y de repente te comen a ti. Si acaso, un detalle que me ha faltado, es que para mi las piezas no se matan, precisamente, sino que se comen. Unas a otras. Canibalismo on point xD

    Abrazos!! Y por supuesto que cumple.

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    • Esther Evans dijo:

      Tenía miedo de que no se entendiera o no valiera para el objetivo, ay, menos mal xD.

      Lo del caníbalismo habría sido más hardcore, jajajaja, habría estado bien pero decidí dejarlo así, más sencillo (además, me vino bien para ver qué imagen ponía en la entrada :P)

      Me alegra que te haya gustado *w*

      Un abrazo y que nunca te maten cuando estás por llegar a la zona segura del final XD. ¡Ciao!

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  3. KATTY COOL dijo:

    Es el parchís verdad? es el parchís???? XD muy guay, me encanta que sea neutro, que no expliques nada del juego, del porqué y de lo que está sucediendo porque se.cuenta por si solo. Me ha parecido genial, muy básico y con mucha fuerza justo por eso mismo, sensaciones muy primarias, supervivencia y un hilo muy claro en el avance de la historia. El objetivo le da un fin al avance de la historia y la claridad de la situación en sí hace que te centres en lo que cuentas sin más, quieres saber que va pasando, pero se desvela d tal forma que es un avance muy intuitivo y natural. Genial relato, pensé que era el juego en cuanto salió el azul, pero lo tuve claro con el amarillo en la zona segura xD Muy original la idea :3 Un abrazote.

    .KATTY.

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